El alcalde pretende acudir a la ONU de la mano de la Junta, el Gobierno y la promotora para evitar que la capital pierda su sello de la Unesco · La estrategia de la entidad es tensar la cuerda para cobrar por rebajar el rascacielos.
A falta de cuatro meses para que se celebre en San Petersburgo la reunión de la Unesco donde se podría arrebatar a Sevilla su título de Patrimonio de la Humanidad, el Ayuntamiento ha movido ya sus fichas en el complicado tablero donde se juega el futuro del rascacielos promovido por Cajasol en la isla de la Cartuja. El alcalde, Juan Ignacio Zoido, advirtió este martes que el Ayuntamiento "no tiene dinero para pagar" una indemnización a la promotora si finalmente se paralizan las obras y se obliga a revisar la altura de la torre diseñada por César Pelli, aunque admitió que la entidad financiera está en su derecho de solicitarla.
Éste fue el primer movimiento después de haber sido el propio Ayuntamiento el que solicitara la paralización de las obras y ofreciera a Cajasol negociar la altura. El segundo fue apelar a la responsabilidad de las otras dos administraciones públicas, como de la promotora, para evitar que se ponga en riesgo el patrimonio hispalense y todo lo que ello conlleva desde el punto de vista turístico y económico. "Me tienen que ayudar el resto de administraciones y la promotora porque no quiero hacer una medida arbitraria como la paralización de la torre sin causa legal, pero tampoco quiero pasar a la historia como el alcalde de Sevilla que permitió que su zona patrimonial perdiera ese carácter", apuntó Zoido en un desayuno informativo de Fórum Europa celebrado en Madrid.
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