La construcción de un rascacielos se ha justificado últimamente sobre
todo porque sus fases de construcción dan temporalmente empleo a cerca
de 2.000 personas. Su principal promotora se llama ahora Banca Cívica y
quiere suprimir para siempre 1.480 puestos de trabajo, el 18,9% de una
plantilla ya recortada con anterioridad. La justificación es que se
construye un grupo financiero, donde casi todos sus directivos trabajan
cuatro días a la semana en Madrid, para salvar cajas que por sí solas
son una ruina. Banca Cívica puede ser cabeza de ratón o cola de león en
la próxima ola de fusiones y absorciones a las que urge el Gobierno sí o
sí para seguir tapando agujeros. Un proceso tan acelerado que anula la
necesidad de muchas oficinas en la Torre Pelli. Y que se asienta sobre
la eliminación de centenares de puestos de trabajo mediante
prejubilaciones en El Monte y Caja San Fernando. El achique laboral no
se acabará con la ofensiva actual. Con la próxima fusión, más de lo
mismo.
La salida de Banca Cívica será mediante indemnizaciones y acuerdos que hoy firmarían buena parte de los currantes en otros sectores. Se temen lo peor con la rotunda depreciación de sus condiciones de despido gracias a la reforma del Gobierno Rajoy. Tan desanimada está la gente que puede llegar a consolarle un despido cívico.
La salida de Banca Cívica será mediante indemnizaciones y acuerdos que hoy firmarían buena parte de los currantes en otros sectores. Se temen lo peor con la rotunda depreciación de sus condiciones de despido gracias a la reforma del Gobierno Rajoy. Tan desanimada está la gente que puede llegar a consolarle un despido cívico.
[...]
>>> Ver artículo original completo en: http://www.diariodesevilla.es/
No hay comentarios:
Publicar un comentario