Sea como sea, el robot Quattroped -capaz de convertir sus ruedas en
patas en función del terreno y las necesidades de desplazamiento-
resulta mucho más simpático cuando rueda. Debe ser por aquello de la teoría del Valle Inexplicable, porque la conversión de las ruedas a patas se antoja en un artilugio inquietante que da casi miedo.
[...]
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