“Había un leñador que se agotaba malgastando su tiempo y sus energías en cortar madera con un hacha embotada, porque no tenía tiempo, según él, para detenerse a afilar la hoja.”
—Anthony de Mello, La oración de la rana
Vivimos por lo general tan absorbidos por el trabajo y por la
vorágine del día a día que no hay cosa que descuidemos tanto como a
nosotros mismos. Todo lo hacemos con prisas, atropelladamente, sin detenernos a disfrutar de lo que hacemos
porque ya estamos pensando en la siguiente tarea que debemos acometer.
De vez en cuando te conviene pisar el freno, apartarte del barullo y
reservar tiempo de calidad para ti.
Poseer la claridad mental para continuar aportando ideas
valiosas y frescas en cada presentación exige buscar inspiración en todo
tipo de fuentes en las que normalmente no reparas
Para ser mejor profesional a veces debes apartarte de tu profesión.
El verano es una ocasión especialmente indicada para desacelerar, pasar
días tranquilos y hacer esas cosas que por falta de tiempo o de
iniciativa nunca encuentras el momento:
1. Ver películas que habitualmente no verías.
2. Leer libros que por ti mismo no te sentirías inclinado a comprar.
3. Escuchar canciones de estilos musicales en las antípodas de la música que escuchas a diario.
4. Trabar conversación con personas con las que no acostumbras a relacionarte.
5.[...]
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