Alguna vez, cuando me toca dar una clase o participar en algún tipo de debate, a la gente que asiste le choca escuchar de un servidor que no creo en los blogs, con los que me cuesta establecer una relación de confianza. Sí creo en "el blog X de Fulanito" porque lo llevo leyendo tiempo, he contrastado hasta donde puedo que sabe de lo que habla, es posible que haya conversado con él en los comentarios y en twitter y me he formado una idea de su criterio.
Pensar que el formato otorga credibilidad y que los blogs son por definición escritos por gente independiente, insobornable y que domina el tema del que escribe me recuerda al principio del fenómeno, cuando los blogs eran la punta de lanza de los "medios sociales" y con bastante ingenuidad le otorgábamos las cualidades que queríamos encontrar.
Opiniones de usuarios y la ilusión de la verosimilitud
Ha pasado bastante desde el comienzo de los blogs, pero persiste una suerte de inocencia en gran cantidad de usuarios, que identifica las opiniones en Internet con la autenticidad de quien es independiente y un igual. Si a eso sumamos que los sitios de opiniones son un recurso valiosísimo para tomar decisiones de compra, tenemos el caldo de cultivo perfecto para que haya un montón de actores deseando torcer esas valoraciones a su favor. Si el sueldo de un director de hotel depende de ellas tenemos dos formas de entender el incentivo: satisfaciendo a clientes que luego valorarán la experiencia o buscando un atajo no demasiado ético.
[...]
>>> Ver artículo original completo en: http://www.error500.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario