Empresario y emprendedor deben alejarse de sus tradicionales perfiles opuestos y buscar un equilibrio adaptado a los tiempos actuales.
En la empresa de la crisis debemos ser todoterreno. Da igual nuestra posición. También nuestros orígenes. No importa que comencemos con un proyecto cien por cien digital que reclama al usuario tiempo online; nuestro objetivo es convertirnos en la figura que lleve a buen puerto un proyecto que parte. Así funciona esto.Pero no todos los profesionales reaccionan de la misma manera a las situaciones de riesgo. La experiencia me dice que existen dos perfiles definidos: el emprendedor y el empresario.
Por un lado, tenemos la figura del emprendedor, de la persona que cree y valora su proyecto, y que está preparada para recorrer los diferentes escenarios que se le planteen para conseguir sus objetivos. El emprendedor de Internet es abierto, inquieto, social y rápido, capaz de admitir que la velocidad de la red marca tanto su evolución profesional como la del proyecto, y dispuesto a interactuar con el público. Un profesional nacido en el seno de la WWW no concibe el organigrama 1.0 en la empresa.
El empredendedor se caracteriza, sobre todo en sus comienzos, por ser pasional, atrevido y arriesgado, por dar pasos que otros se cuestionan y parecen ir rumbo a la catástrofe. Incluso cuando ésta se produzca, el emprendedor será capaz de levantarse, recibir la lección pertinente y aplicarla aprendiendo de sus propios errores. La vida de un emprendedor digital es un constante devenir de cambios, donde asumir riesgos es el pan de cada día.
[...]
>>> Ver artículo original completo en: http://www.baquia.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario