Catalunya ya no tiene ni diez ni cinco cajas de 
ahorros. Desde esta semana ya sólo quedan tres y en breve podría quedar 
sólo una o ninguna. Desaparecen unas figuras societarias fundadas hace 
más de cien años. ¿Podrán las nuevas fundaciones especiales sustituir la
 labor social, cultural y territorial que realizaban estas entidades?
Su única misión será aprobar los nuevos estatutos y el patronado de la fundación de régimen especial en que están obligadas a transformarse las cajas que hayan perdido el control del banco al que traspasaron su actividad financiera. Se espera que en los próximos días Unnim Caixa siga el mismo camino y pase también a ser gestionada por una gestora.
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