Imagínate la siguiente situación: tienes programada a las 10.00 h una
presentación para exponer tu gran idea germen de una futura empresa a un
importante inversor. Al entrar en su despacho lo encuentras poniéndose
el abrigo y te dice: “Lo siento mucho, pero debo salir inmediatamente.
Cuénteme su idea mientras bajamos a mi coche”. ¡Horror! Debes explicar
tu mensaje a una persona decisiva durante el trayecto desde su despacho
hasta el garaje, trayecto que en el caso mejor os llevará a lo sumo
cinco minutos. ¿Podrías condensar en tan breve tiempo y sin
transparencias tu presentación planificada para 45 minutos apoyada por
un impresionante despliegue pirotécnico en PowerPoint?
[...]
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