«Cariño, aparta un momento que voy a desplegar las alas del cargador solar del coche…»

Aun reconociendo que el concepto es innovador, muy de diseño y con cierto poderío, no se yo si este cargador solar es la mejor idea del mundo: necesita 7 metros de espacio libre de lado a lado y 3 metros de altura, además de un ambiente soleado… y tras 12 horas (!) las baterías se cargan al completo. «Gratis», eso sí.

La idea de todos modos no está mal: para conseguir el máximo de superficie se despliega un intrincado diseño que maximiza el número de placas y la superficie fotovoltaica. Fibras plásticas resitentes, curvatura con diseño auto-desplegable (como la de las tiendas de campaña), etcétera. Ahora bien: ya querría ver yo al conductor plegando de nuevo el invento tras la operación de carga: y quien haya tenido que guardar alguna vez una tienda de campaña de Decathlon sabe de lo que hablo. 


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Ver artículo original completo en: www.microsiervos.com


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