Lo que más sorprendió a los participantes fue lo que vieron cuando, al final de su conversación con el adivino, cayó un telón que se levantaba a un lado de la estancia: un grupo de personas navegaba por Internet y extraía de la Red información sobre ellos para transmitírsela a Dave -un actor- a través de un auricular. ¡Los datos con los que el brujo les había dejado con la boca abierta eran públicos! Con la campaña “¡Pregunta a Dave!”, de la que me he enterado gracias al diseñador gráfico David Christian Duque, las 238 entidades de la Febelfin quieren alertar a sus clientes de lo peligroso que es compartir información sensible en Internet y cómo eso nos expone a posibles fraudes. Les dejo con el vídeo.
Enséñenlo a su amigo más crédulo y luego pregúntenle: ¿de verdad crees que los mediums y adivinos no hacen algo parecido cuando tienen delante a un famoso cuya vida privada hace mucho dejó de serlo?
Enséñenlo a su amigo más crédulo y luego pregúntenle: ¿de verdad crees que los mediums y adivinos no hacen algo parecido cuando tienen delante a un famoso cuya vida privada hace mucho dejó de serlo?
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