Grupo Mémora recupera el legado del fallecido en internet y ofrece otros servicios que van más allá de la despedida.
Los Me gusta del perfil Facebook, los comentarios vertidos en un blog, aquellos tuits tan ingeniosos... En verdad toda la información acumulada en internet ofrece un reflejo de la personalidad de muchísimas personas, más fiel en unos casos que otros. Y lo cierto es que con la muerte se
van también tantas claves y passwords que uno puede permanecer por toda
la eternidad en el limbo virtual. Hay amigos y familiares para los que
esta circunstancia se hace, si no inaguantable, sí bastante incómoda.
Eduard Vidal, consejero del Grupo Mémora, presentó ayer
el último servicio funerario: el rastreo de la información que el
difunto colgó en la red, y su posterior gestión. Los parientes pueden,
desde cerrar las cuentas de correo electrónico del
finado hasta crear una página con toda la información. La idea es tan
novedosa que aún se desconocen sus límites.
Pero que nadie se preocupe
por los secretos ocultos. La empresa sólo rastrea los contenidos que el
investigado colgó para que fueran públicos. Las dobles vidas continuarán
escondidas.
[...]
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