El primer fabricante de procesadores quiere liderar el mundo de la movilidad, ahora dominado por Qualcomm
De mirar con recelo a los móviles a lanzarse a la conquista de los dispositivos integrados por la ropa. Intel, primer fabricante de chips, ha presentado su estrategia de futuro durante su conferencia anual para desarrolladores ante la presencia de periodistas invitados de todo el mundo, entre ellos EL PAÍS. Además de significar un cambio de rumbo, anticipado en Barcelona en el Congreso Mundial de Móviles en 2012 por Paul Otellini, entonces máximo responsable de la empresa, ha servido para que su nuevo consejero delegado, Brian Krzanich, tuviera su primer encuentro público.
La apuesta es clara, bajo consumo y alto nivel de gestión de datos. Krzanich lo presentó como una cuestión transcendental; siguiendo la estela de los visionares que pueblan Silicon Valley, insistió en que los avances van a cambiar el rumbo de la humanidad. “Por primera vez en la historia de la medicina moderna, el aspecto informático y tecnológico de la atención sanitaria resultará tan importante como el biológico. Cuanta más capacidad de computación podamos ofrecer a un precio razonable, más vidas podrán salvarse”. Toda una proclama para contar que la empresa está colaborando de cerca con centros de investigación sanitaria.
Intel confirma su cambio de rumbo al apostar por múltiples plataformas. De estar atado a Microsoft y los ordenadores con Windows a meterse en el mundo de las tabletas, ya sean Android o Windows y en los ordenadores de Apple. También en móviles, aunque de gama media a baja.
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