Aunque la crisis ha hecho que pedir una copa sea cada vez más sencillo, sigue habiendo bares en los que es difícil lograr que te sirvan un sábado por la noche. Entre
la música y las multitudes hay que ser un verdadero maestro para lograr
que el camarero se fije en ti. Hay quien grita, quien levanta la mano,
quien agita la cartera y quien da golpes sobre la barra pero, según
asegura un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de
Bielefeld (Alemania) hay una técnica mucho más sencilla para hacerte el
rey de la fiesta.
Los científicos realizaron un estudio de comportamiento de los consumidores y camareros en los bares, para tratar de saber en qué se fija verdaderamente un barman para seleccionar al siguiente cliente al que va a atender.
En un espacio abarrotado, los camareros deben identificar con rapidez
quién quiere pedir una consumición y quién no, y el lenguaje corporal de
los consumidores juega un papel fundamental.
"Los camareros eligen a su próximo cliente exclusivamente por la posición de éste respecto a la barra"
Existe
la creencia generalizada de que se atiende más rápido a las personas
que piden su consumición activamente (ya sea levantando la mano o
llamando al camarero), pero el análisis de lo que ocurre realmente en la
barra de los bares, que se ha publicado esta semana en la revista Frontiers in Psychology,
revela una realidad muy distinta: los camareros eligen a su próximo
cliente exclusivamente por la posición de éste respecto a la barra.
Ser pesado es contraproducente
Los
investigadores grabaron el movimiento en las barras de pubs y clubs de
Bielefeld, Herford (Alemania) y Edimburgo (Escocia). El análisis de las
cintas reveló qué señales se utilizan comúnmente para llamar la atención
de los camareros, cuáles se usan menos, y cuáles tienen éxito.
Contrariamente a lo que la gente tiende a pensar, sólo uno de cada quince clientes mostró sus carteras para señalar que les gustaría realizar un pedido.
Y menos de uno de cada veinticinco llamó con un gesto al camarero. Las
señales más comunes y exitosas son más discretas: más del 90% de los
clientes se limitan a colocarse delante a la barra, posicionándose de
cara al mostrador y lo más cerca posible de un camarero.
Los
científicos descubrieron que los clientes que no desean hacer un pedido
evitan instintivamente los comportamientos propios del que quiere pedir
una bebida: mantienen siempre una pequeña distancia con la barra y se
alejan de ella, por ejemplo, cuando están charlando son sus amigos.
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