Banca Cívica tiene previsto realizar un nuevo ajuste de costes que afectará al número de oficinas, así como a la plantilla, aunque la entidad financiera busca fórmulas para que, si es posible, no se produzcan salidas. Su objetivo es pasar de un ratio de eficiencia del 76% al 50%.
No son buenos tiempos para el sector financiero y, sobre todo, para
las entidades más pequeñas, como es el caso de Banca Cívica. La entidad
que copresiden Antonio Pulido y Enrique Goñi debe someterse a un fuerte
régimen de adelgazamiento para poder hacer frente a un futuro cada vez
más complejo y lograr mejorar su ratio de eficiencia por debajo del 50%
como le impone el FROB. Ahora su ratio de eficiencia es del 76%, lo que
le coloca en una de las situaciones más comprometidas del sector.
Para adaptarse a las nuevas exigencias de eficiencia, los
responsables de Banca Cívica han diseñado un plan para los ejercicios
2012 a 2014 en el que se prevé un ahorro en costes de personal de unos
100 millones de euros. En ese programa se baraja la posibilidad de
cerrar 180 nuevas oficinas, de las que 60 se encuentran en la zona
natural de la entidad (el grupo está integrado por Cajasol, Caja
Navarra, Caja Burgos y Caja Canarias) y 120 estarían en la zona de
expansión.
El grupo de cajas, único junto a Bankia y CaixaBank, que logró salir a
Bolsa el pasado año, cuenta en la actualidad con un total de 1.415
oficinas. Aunque el número de cierres de sucursales de Banca Cívica
estará en función también del grado de aplicación de otras medidas
alternativas.
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