(Fuente: todohumor.com) |
Cuando dieron las dos de la tarde, cruzaron la avenida Príncipe de Asturias, llamaron al timbre de la entidad y simularon que eran clientes que llegaban tarde y necesitaban hacer una gestión. Cuando una empleada les abrió, uno de ellos sacó un cúter y se lo puso casi en la cara. Obligaron al director a abrir la caja fuerte y apenas les importó que tuviera un sistema que retrasaba la apertura 10 minutos. Demostraron una gran templanza, lo que para el fiscal demuestra su profesionalidad: llevaban incluso un cartel de 'cerrado' que colgaron en la puerta, para que nadie les molestara.
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